domingo, febrero 18, 2007

Estructuralismo ( II )

El suceso es famoso. A es la mujer y decide abandonar a B, que la ama. Bajo distintas agendas, ha sucedido juntamente con la Historia y es un anillo más en el corazón del tronco de un Gran Árbol. Descubramos alguna de sus superficies particulares cortando una sección del tronco. La escena es ágil. Se ha realizado un montaje óptimo y los hechos suceden a toda velocidad – así pueden practicarse infinitos cortes en el tronco garantizando una versión particular para cada uno.
A es Fulana y B es X. Intuyendo la desgracia, X está de visita en casa de Fulana. Tendido boca arriba en la cama hecha de Fulana, X llora unas líneas muy finas sobre sus huesos temporales, hasta el cobertor de la cama. Hace su modesta apología y reconfiesa su amor a Fulana para conmoverla. A estas alturas, X ya sabe que Fulana no volverá a quererlo mientras exista el día.
Con la inocencia de los locos y de los inocentes, Fulana reprende a X herido, ¿vos escuchás lo que estás diciendo?, y hace silencio esperando a que él termine y se retire.
Por fin, mortalmente aconsejado por la esperanza, X ensaya una caricia en la cintura de Fulana, que lo rechaza inapelable.
Pero algo sucede. X advierte la inserción de la escena en la veta de la madera, la fuerza infinita que el tronco hace bajo sus pies y sobre el falso cielo. Y mientras comprende pormenores de la escena, se deja conducir escaleras abajo hasta la calle. El revólver aparece entonces en la cintura de X, ya tibio y transpirado, como todos los planes.
Ahora sin esperanza, X pide un último beso. La petición prospera y X se encuentra en la vereda paladeando la dulce lengua de Fulana. Elige una falsa retirada de su lengua en la boca y se separa de Fulana. Primero las bocas, después los brazos, cinco pasos, hasta pisar la calle. Ha visto en qué instancia de la veta está el espacio preciso de su amor por Fulana. A él le tocarán los ruegos, la humillación y la tristeza. Ella olvidará esa misma tarde. El revólver parece hincharse y late fuerte con cada detalle revelado. X se lo arranca de la cintura y se lo pone en la cabeza. Dice:
- No hagas escándalo, Fulana, no te voy a lastimar. Ni siquiera metafóricamente.

2 Comentarios:

A la/s 18/4/07 22:39, Anonymous Anónimo dijo...

La verdad que me parece bastante lindo el cuento. Sé que hasta ahora es un halago de alguien a quien no concés y que no puede servirte demasiado, pero es lo primero que me salió. Lindo y hermoso, tristemente épico. Realmente me ha gustado la metáfora del árbol.
Por ahora, no encuentro nada ami disgusto o a criticar. Veo todo puesto en su sitio. Reflejando esto el éxito de su estructuralismo.
Me comprometo a seguir leyéndolo para hacerle una crítica más constructiva.

 
A la/s 19/4/07 13:07, Blogger  dijo...

Quizá el "éxito de mi estructuralismo" es siempre una consecuencia de hacer textos breves; siempre escribo poco, hasta donde me llegan las fuerzas para sostener el pedacito de infinito que consigo ordenar. Supongo que todos mis textos son, por eso, un "Estructuralismo n".
Se trata de intentar tener razón. Y vea, es más fácil hacer un hermoso pináculo en una catedral gótica que tender todo el edificio con sus arquivoltas, sus contrafuertes, sus columnitas adosadas por todas partes, sus arcos ojivales.
Por lo pronto no habrá novedades en este sitio, pero siempre estoy al tanto de los comentarios, y los agradezco mucho.
Puede usted (y ya precipité de un solo golpe toda inútil formalidad de mi respuesta en ese pronombre) revisar los archivos para entretenerse o atetizarme practicándole pequeñas cruces a mi eterno cartapacio.

 

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal