martes, octubre 24, 2006

Estructuralismo

-¡Mamá! – Jorge se compró una sierra eléctrica - ¡Ma! – También una mesa de trabajo y un soporte para la sierra, y hasta compuso guías y para deslizar los tablones, y escuadras, y reglas pivotantes para trazar encastres óptimos. - ¡Mami, mirá, vení mirá! – La madera bien abrasada por las mariposas se deja cortar porque la sierra, si bien es de segunda mano, es importada de Suiza y funciona muy bien. – ¿No venís, ma? – Todo está montado en el patio; un día Jorge va a hacerse un galponcito para trabajar la madera en el verano y cuando llueve. – Lo que descubrí, ma, vení, fijate.
-¿Eh? – Dice mamá desde el lavadero. – Ya voy. Y mamá sale al patio. Mira porque admira a Jorge, tan habilidoso que es…
-¿Viste, ma? – Dice Jorge – Es un sistema.
-Claro – le dice su mamá. - Ahora tenés un buen sistema para hacer los cortes bien derechos y no renegar más. ¿Te acordás de esa vez? Le tuviste que sacar dos centímetros de fondo al aparador porque te habías pasado con una repisa. Ahora te va a salir bien todo, hijo, y me alegro mucho, porque vos sos muy habilidoso. Se ve lindo tu sistema para hacer los cortes, espero que hagas cosas muy lindas..
-Pero no, ma – le dice Jorge, ansioso le dice - La madera, ¿ves? Por donde la cortás, ¿no?, por cualquier parte. Están las vetas. Ése es el sistema, la estructura de la madera. Cortás un taquito o hacés un disco con la mecha-copa, esa que saca bocados, la que te mostré el otro día..., ¿te acordás?
-Eh, sí – dice mamá. Y cómo un sistema, hijito.
-Claro, mamá. Es el sistema de la madera, por eso todo el árbol es el árbol, y todo el tablón es el tablón; porque tiene las vetas. Por más chiquito que sea el pedazo que yo le saque al tablón, cortándolo en cualquier ángulo, siempre aparecen las vetas de punta, como hilos infinitos. La madera puede medir tanto, mamá, ¿entendés?, pero yo la puedo cortar todas las veces que quiera, y siempre encuentro la punta de la veta que está escondida en esa parte, que es continua en toda la madera, ¿entendés?
-Sí, más o menos. ¿Pero si la cortás de canto?
-Y, es medio raro ahí. Cortando de canto es como si apareciera el costado de los hilos, pero las vetas son unos hilos raros que no tienen costado porque no tienen un calibre que se pueda medir. Habría que separar las vetas de la madera, y eso no se puede hacer. Capaz que tallando, sí, pero yo no sé bien cuál es una veta y cuál otra. Es el sistema, mamá. Hace que toda la madera de una tabla sea siempre madera. O la mandarina. Por donde la cortás hay globitos con jugo, y por eso toda la mandarina es mandarina y no hay otra cosa adentro.
-Bueno, hijo, me alegro de que hayas descubierto el sistema para cortar por las vetas, para que no se te partan los tablones en cualquier lado. ¿Es eso, no? Claro.
-Más o menos, mami, más o menos.
-Sos muy inteligente, hijito. Pongo para lavar y voy a lo de la tía.
-Chau, ma, saludala a la tía.

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