lunes, octubre 02, 2006

Desvanecimiento de las lágrimas (llorando con Julio)

Yo no sé, mira, es terrible como llora. Llora todo el tiempo, la habitación, tan cerrada y marrón, aquí contra los ojos con lagrimones salados y blandos que hacen pfs y se desvanecen en la almohada uno detrás de otro. Qué hastío. Ahora aparece una lagrimita en la comisura del párpado; se queda temblequeando contra el velador que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se hincha, y va a resbalar y no se resbala, todavía no se resbala. Está prendida con todas las uñas, no quiere resbalarse, y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga; ya es una lagrimaza que se acuesta majestuosa y de pronto suip, ahí va, pfs, perdida, nada, una oscuridad en la funda. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en la comisura y ahí mismo se deslizan por la mejilla; me parece ver la urgencia por la carrera, sus piernitas desprendiéndose y el suspiro que las hipnotiza en esa nada de resbalar y esfumarse. Tristes lágrimas, redondas inocentes lágrimas. Adiós lágrimas. Adiós.

Ver el texto original http://www.juliocortazar.com.ar/cuentos/gotas.htm

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