lunes, mayo 22, 2006

Pólemos

- Yo soy sombra helada, tinta negra que sorberás un día por la nariz, ahogado de cara en el barro.
Ni los reyes más poderosos han dejado de doblar por mí las rodillas en su final reverencia. Oye bien lo que te digo. Ejércitos enteros de campanas tañen ahora mismo en todas partes llamando a muchos hombres para celebrar mis negras bodas.
Con absurdo garrote me huelgo derribándolos y ellos huyen fascinados de terror.
Ni el más artificioso faraón, ni Lázaro cortaron del todo las trenzas que los arrastraron al final. ¿Dónde está Lázaro, hombre soberbio?
¿Qué delirio te pone a sostener mi estela de púrpura? ¿Por qué buscas hoy mi abrazo y no esperas la hora de tu cosecha?
Yo soy furia dolorosa que oscurece los pechos más rojos, ¡No quieras tu desgracia, no sabes lo que haces!

- ¡Calla, mentirosa! Tú eres luna buena y tranquila, musa cien veces formidable, musa y memoria. ¡No sigas, mentirosa! Muchas veces te he visto paciendo en la ribera del mejor amor, engalanada de flores ahí donde vive la virtud.
A la carrera te sigo, por las suaves praderas que peinas al paso, y quiero despeñarme en tu garganta, y quebrarme como un grito.
No me asustan los hedores que finges, ni tu promesa de olvido. Jamás se ha diluido el recuerdo de aquellos que decidieron seguirte. ¿Por qué no lo niegas? ¿Por qué no me das la mano, me besas y me enseñas que digo mentira?
No puedes. Tú sigue tu paso y déjame perseguirte. Ya nunca me hundiré perdido bajo tus pies.

- No sabes lo que dices.

(sale la Muerte)

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal