Cuento
Consternados, aterrados por los impulsos suicidas de Benjamín, sus padres deciden enviarlo a consultar un psicoanalista. Éste determina en la primera consulta la necesidad de iniciar un tratamiento psicológico. Los padres ruegan entonces al psicólogo:
- Haga lo que sea necesario para a ayudar a Benjamín, lo que sea, licenciado. Ayúdelo.
De inmediato, desesperado por hacerse con auxilio y libertad, el propio Benjamín decide dar principio a la terapia.
No pasa mucho tiempo hasta que el psicólogo conoce todos los pormenores del padecimiento de Benjamín: sabe de sus causas, puede describirlo y hasta sabe por sus estudios algunas maneras de resolverlo.
Sobre el final de dos semanas principalísimas en la instancia terapéutica, Benjamín consigue dilucidar por fin las últimas raíces de todos sus males, y dice estar dispuesto a secarlas hasta matar a todos sus problemas. Cierto viernes posterior Benjamín hace una última sentencia importante y el psicoanalista le pregunta:
-¿Entonces qué querés hacer, Benjamín?
- Ya se lo he dicho de todos los modos posibles,- contesta Benjamín- se lo he demostrado largamente y sé que me comprende. Yo me quiero matar, doctor. Eso es lo que quiero.
El psicólogo reflexiona un instante con los dedos cruzados entre las piernas, mirando fijamente hacia la alfombra del piso cerca de las zapatillas de Benjamín.
- Entiendo – dice levantando suavemente la cabeza, mirando a Benjamín de nuevo. - Si eso es lo que verdaderamente querés, andá y matate.
Benjamín se levanta, se despìde del licenciado y regresa a su casa. El martes siguiente, según cierto método de su agrado, Benjamín se quita la vida.
El psicólogo procedió correctamente. Todos querían ayudar a Benjamín, el propio Benjamín anhelaba socorro. Y lo único que Benjamín quería hacer era matarse.
1 Comentarios:
The older one... that one is dead and fully rotten, from the beginning.
Let us kill this one, but another way.
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